dimarts, 22 de febrer del 2011

¿INSÓLITA ENCUESTA DIGITAL?

En la contraportada del Arcos Información del pasado jueves 10 de febrero, se podía leer la opinión del señor Hueso Sañudo en la que ponía en tela de juicio la veracidad de la opinión pública al votar, en encuesta digital, sobre quien creíamos que sería el partido de la oposición más votado.
El partido VenT sacó una mayoría aplastante sobre los demás partidos (el PSOE ni siquiera se contemplaba como opción, pero creo que no hay duda), pero el señor Hueso ha dudado de este resultado alegando que la cantidad de votantes que han participado son demasiados. La explicación que usted da a esta gran participación es que “…debieron estar algunos ordenadores en una terrible y frenética actividad contrarreloj entrando y saliendo de Google, una y otra vez, para así aumentar el porcentaje…”. Me gustaría saber si usted ha verificado las direcciones IP de los ordenadores de las personas que han votado, para poder afirmar, con datos fehacientes, que la encuesta ha sido una manipulación. Y me gustaría saberlo porque no se si los ciudadanos nos podemos fiar de lo que usted dice.
Pero desgraciadamente, me da la impresión que usted no ha verificado ni comprobado nada (espero que así sea porque si descubre de donde proceden los votos, estaría usted violando el secreto del votante) y que su intención es sembrar la discordia hacia un nuevo partido que, según su programa electoral, lo que pretende es crear empleo estable en nuestra ciudad.
La explicación que a mi se me ocurre es que los ciudadanos están hartos de oír, una y otra vez, las mismas sandeces de los representantes políticos tradicionales, y para un partido nuevo que sale, con un programa innovador, se han decidido a darle un voto de confianza. Por lo menos propone algo más de lo que estamos acostumbrados a escuchar, que es criticarse unos a otros sobre lo mal que lo hace el contrario sin aportar nada.
Por cierto, que si los otros partidos hacen mal en criticarse entre ellos, en mi opinión, los que también lo hacen mal, sin saberlo, son todos aquellos ciudadanos que no acuden a votar y reflejar su opinión.


Rafael Galván

dimarts, 8 de febrer del 2011

EL ARTE DEL ENGAÑO

En los tiempos que corren, cada uno de nosotros como ciudadanos miramos al céntimo a la hora de hacer alguna compra, comparando los precios y la calidad de los productos, incluso hay gente que, desgraciadamente, renuncia a la calidad y opta por la cantidad. Las empresas, grandes y pequeñas hacen lo mismo, intentan reducir los gastos para que no se disparen los números negativos ya que los ingresos se han reducido considerablemente y un negocio deficitario tiene los días contados ya que les obligaría a cerrar sus puertas con lo que ello conlleva, familias enteras con miembros autónomos o contratados laborales que dependen directamente de ese negocio, se verían incrementando las listas del paro y haciendo más grandes aún las colas a las puertas de la oficina de empleo. Cuando encima tenemos una Administración Autonómica y Estatal que se llenan la boca diciendo que apoyan al pequeño y mediano empresario para llevar a cabo los proyectos empresariales, cuando lo único que hacen es incrementar los impuestos y poner el máximo de trabas y inconvenientes para que el dinero no llegue a esas empresas para generar riqueza, es entonces cuando hay que decir con la voz bien alta que esas políticas de ayuda son una maniobra engañosa política indigna de un gobierno que dice querer generar puestos de trabajo cuando está haciendo justo lo contrario y entonces es cuando debemos pregonar a los cuatro vientos que estamos cansados de engaños, que queremos transparencia en la administración y la gestión de los bienes comunes, y debemos exigir que la planificación futura sea una implantación de sistemas y proyectos viables para generar empresas, que generen puestos de trabajo que en definitiva hará que, de una vez por todas, se cree progreso. Si la forma actual de hacer política no nos convence, es el momento de plantearnos este tipo de alternativas donde la fuerza emerge de cada uno de nosotros, de nuestro ímpetu y de la implicación y la relación mutua que queremos tener con nuestra sociedad.

Rafael Galván