dimarts, 8 de febrer del 2011

EL ARTE DEL ENGAÑO

En los tiempos que corren, cada uno de nosotros como ciudadanos miramos al céntimo a la hora de hacer alguna compra, comparando los precios y la calidad de los productos, incluso hay gente que, desgraciadamente, renuncia a la calidad y opta por la cantidad. Las empresas, grandes y pequeñas hacen lo mismo, intentan reducir los gastos para que no se disparen los números negativos ya que los ingresos se han reducido considerablemente y un negocio deficitario tiene los días contados ya que les obligaría a cerrar sus puertas con lo que ello conlleva, familias enteras con miembros autónomos o contratados laborales que dependen directamente de ese negocio, se verían incrementando las listas del paro y haciendo más grandes aún las colas a las puertas de la oficina de empleo. Cuando encima tenemos una Administración Autonómica y Estatal que se llenan la boca diciendo que apoyan al pequeño y mediano empresario para llevar a cabo los proyectos empresariales, cuando lo único que hacen es incrementar los impuestos y poner el máximo de trabas y inconvenientes para que el dinero no llegue a esas empresas para generar riqueza, es entonces cuando hay que decir con la voz bien alta que esas políticas de ayuda son una maniobra engañosa política indigna de un gobierno que dice querer generar puestos de trabajo cuando está haciendo justo lo contrario y entonces es cuando debemos pregonar a los cuatro vientos que estamos cansados de engaños, que queremos transparencia en la administración y la gestión de los bienes comunes, y debemos exigir que la planificación futura sea una implantación de sistemas y proyectos viables para generar empresas, que generen puestos de trabajo que en definitiva hará que, de una vez por todas, se cree progreso. Si la forma actual de hacer política no nos convence, es el momento de plantearnos este tipo de alternativas donde la fuerza emerge de cada uno de nosotros, de nuestro ímpetu y de la implicación y la relación mutua que queremos tener con nuestra sociedad.

Rafael Galván

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