Hay que ser muy ruin y estar muy desesperado para hacer públicas la cantidad de mentiras que están diciendo y así intentar manipular la realidad en detrimento de las personas. No les importa nada más que sus manejos partidistas dirigidas a una única visión, la suya. Cuando en 1881, Carlo Collodi creó el clásico de la literatura infantil, Pinocho, nunca se podría haber imaginado que tantos políticos renombrados españoles podrían haber protagonizado su cuento y donde la mentira aparece como un estigma que las personas deberían evitar. Las mentiras difundidas para crear inseguridad y miedo son un insulto a la democracia y al derecho de las personas a expresarse libremente, pacíficamente, con argumentos claros y serenos. No se puede alardear de la constitución y ponerla como un elemento intocable por un lado y al mismo tiempo darle la espalda y hacer caso omiso cuando les conviene.
Afortunadamente la sociedad catalana sabe discernir entre la imaginación de algunos y la realidad de todos. Es cierto que para construir un proyecto nuevo es necesario aplicar creatividad, pero siempre con los pies en el suelo y cerca de la realidad. Mientras unos berrean, otros vamos construyendo un nuevo camino hacia un reconocimiento anhelado.
“Lo que convierte a España en un país de pandereta es la pasividad de sus ciudadanos que parecen más preocupados por el futbol o por quién será el finalista de Gran Hermano, que por su propio bienestar económico y libertad individual” Jorge Valín
Rafael Galvan
Tens tota la raó Rafel, Ja ho va deixat escrit en Machado, En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa!
ResponEliminaAls governants sempre els hi ha interessat mantenir al pueblo llano quan més ignorants millor. Més fàcils de manipular y desafortunadament encara ho mantenen en un gran porcentatge!