EN NUESTRAS MANOS

La vida da muchas vueltas y cuando menos te lo esperas uno se encuentra inmerso en una situación que días atrás hubiesen sido inimaginables. Siempre pensamos que hay algo o alguien que nos protege ante los problemas y las adversidades pero realmente no es así, el destino nos la juega. Uno de los problemas es que la actitud que tomamos ante situaciones dificultosas que tienen los demás, a menudo no es la correcta y nos escondemos en corazas de solidaridad para limpiar la conciencia de cada uno, sin mirar nuestro propio entorno, y nos solidarizamos en proyectos del tercer mundo o países en crisis sociales, de identidad, guerras y subdesarrollo, cuando el vecino de al lado o el de más allá, necesita en otra o misma medida ayuda, y no lo queremos ver. Nos debemos implicar en colaborar en grandes proyectos solidarios, sí, pero también debemos sondear y prestar mucha más atención a los problemas, al día a día, o situaciones cercanas que nos rodean. Lo primero que debemos pensar es que somos personas, cada una con sensibilidades, personalidad, capacidades diferentes, pero en el fondo, cada uno de nosotros, bien coordinados podemos ser complementarios y ante las situaciones, sean críticas o positivas, la suma de cada uno de nosotros es lo que va a hacer que tengamos mucha más fuerza para desarrollar lo que nos propongamos. No podemos quedarnos expectantes a que vengan los demás y nos solucionen los problemas, debemos ser proactivos para transformar nuestro entorno y modificar todo aquello que no nos convenza, mostrando actitud positiva y creativa, buscando alternativas viables en busca de soluciones a los problemas. Cada uno de nosotros podemos poner nuestro granito de arena, en la medida de cada uno, porque dando la espalda lo único que se consigue es agravar aún más el problema. Esta es la manera de construir los cimientos de nuestro futuro, el futuro que deseamos y queremos, y no el que ellos nos quieren continuar imponiendo.