La clase política arcense está inmersa en una carrera de vallas y obstáculos que han ido poniendo ellos mismos en el transcurso de esta legislatura que está a punto de finalizar y parece que estos últimos días el reloj corra más de lo normal, pero todos sabemos que no es así. Esa sensación tan amarga de impotencia de ver como quien ha tenido cuatro años para gobernar, mandar, dirigir, estructurar, cambiar y tomar decisiones, no ha hecho lo correcto, se ha dormido en los laureles, y ahora quiere hacer los deberes, deprisa y corriendo. Pero como si de la escuela se tratase, acostumbrados a repetir curso, sin consecuencias aparentes, ahora ya no les podemos consentir perder más el tiempo. Que lo de repetir curso se ha acabado y ahora hay que expulsar a todos aquéllos que por responsabilidad no les toca estar en el sitio que ahora están. Que no solo han perdido el tiempo, sino que nos lo ha hecho perder a los demás ciudadanos. Y no solo el tiempo, también el dinero, el dinero de todos. Hay que ser responsable y consecuentes con los actos hechos desde el gobierno, la oposición o lo que ellos creen que han estado haciendo. Simplemente criticar no es construir; la crítica constructiva sí es sumar; y hasta ahora hemos tenido solamente riñas, disputas, denuncias y mala gestión. Las disputas entre ellos han provocado pérdida de fuerzas para poder afianzar proyectos de interés común para una salida digna de este momento difícil. Pero solamente han mirado sus intereses partidistas a los que, ahora, hay que sacar rendimiento político sin más, cueste lo que cueste. Lástima que muchas personas tienen poca memoria y no recuerden todas aquellas promesas incumplidas, todo ese dinero malgastado, todas esas personas desatendidas, pero afortunadamente somos muchos los que sí deseamos que esto cambie de una vez por todas. Queremos que nuestro Consistorio ofrezca una atención digna al ciudadano; que el Consistorio esté al servicio de los ciudadanos y que sean éstos los que se impliquen en las tomas de decisiones. Ahora se acerca el momento de poner a cada uno en el sitio que le pertenece y entre todos podemos conseguirlo.
Rafael Galván Rodríguez
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