dimarts, 31 de maig del 2011

DESCONCIERTO


La vida da muchas vueltas, tantas que puede llegar un momento en el que podemos estar desorientados y confusos, sobretodo en situaciones cuotidianas resolutorias, del día a día. Mientras más importante es el momento que vivimos, con más intensidad las percibimos. Solamente hace falta echarle un vistazo al panorama político nacional, y de forma más concreta e incisiva, al panorama de la política municipal de Arcos de la Frontera. Yo siempre he pensado que los ciudadanos somos soberanos en la toma de decisiones y que la libertad de expresión y acción, deben ser ante todo, un ejercicio sano, sin manipulaciones externas que afecten a esa libertad personal e intransferible que tenemos todos. También he pensado siempre que las reglas establecidas son equitativas y nos tratan a todos por igual, pero dejen que dude con fundamentos. Es muy importante que ante el desencanto de la situación crítica que pasamos, no nos podemos dejar llevar por impulsos estériles y promesas de personas que han demostrado cierta incapacidad resolutoria en momentos cruciales que afectaron y afectan a nuestra sociedad, y que además son los responsables directos de muchos de los males que ahora tenemos que curar. Desgraciadamente, durante periodos establecidos para decantarse por una u otra opción política, algunos han tenido una capacidad embaucadora y perversa para hacer olvidar ciertas incompetencias en el pasado, que por pasividad o mala dirección, nos han llevado al momento en el que estamos. Si a esta situación le añadimos que las normas que nos rigen, están anticuadas y dirigidas para el beneficio de solo unos cuantos, es cuando uno se pregunta si la justicia existe. Es entonces cuando realmente debemos plantearnos si cuando actuamos, decimos y decidimos lo que queremos hacer, es simplemente una maniobra manipulada y controlada que han tejido para que finalmente nos dirijan hacia donde ellos quieren. Yo exigiría más transparencia, claridad y cercanía; menos intervención y manipulación y aplicaría los derechos democráticos de una sociedad enfocada a la prosperidad y el progreso, pero con la implicación de cada uno de los miembros que componemos esta sociedad. Es el momento de cambiar todo aquello que fue válido en su momento pero que ahora debe evolucionar y adaptarse al momento que ahora queremos construir para realmente vivir en libertad y construir juntos un nuevo futuro.

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