dimarts, 11 d’octubre del 2011

COMO ANTES…


Cada uno de nosotros somos potencialmente la solución a cualquier problema, por difícil que nos parezca. Solamente hace falta actitud positiva ante las adversidades y los problemas que se van tropezando con nosotros en el camino de nuestras vidas. Evidentemente debemos centrarnos en lo más cercano, lo más personal o familiar. No es fácil, y si alguien piensa lo contrario lo respetaré pero no compartiré, porque es una tarea dura y tenaz, necesita una inmensa dedicación. Afortunadamente en la vida no todo son problemas, o no debemos plantearlos como tales, sino que también nos encontramos en situaciones cuotidianas a la que debemos enfrentarnos y dar salida y hacer que todo funcione con normalidad para una correcta interrelación con nuestro entorno más cercano. De la misma manera, y ampliando un poco el círculo de competencias, nos encontramos en un ámbito que hasta ahora nos hemos despreocupado porque lo hacían terceras personas y nos han acostumbrado a que queden cubiertos por la intervención de la administración cercana, como es nuestro ayuntamiento. Pero creo que no hace falta que os explique a todos en el estado que están los ayuntamientos, endeudados hasta las cejas y tarde o temprano van a tener que suprimir servicios y atenciones que hasta ahora eran tan habituales que ni tan solo le dábamos importancia alguna. No sé qué tipo de servicios suprimirán o dejaran de suprimir, lo que sí está claro que nos vamos a tener que habituar a ciertas cosas que no hace muchos años, los hacíamos nosotros mismos. Un par de ejemplos para que se entienda el planteamiento; antes cada uno se barría su casapuerta, su acera y no pasaba nada. Es más, creo que entonces no había tanta suciedad porque no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia. Si la luz de la calle, la farola de al lado dependiese de un interruptor de casa y pasase por nuestro contador ¿la tendríamos encendida toda la noche y a horas innecesarias? Se ha abusado del dicho: “como pago mis impuestos, que trabajen y que lo hagan por mí…Pero no es momento de eso y creo que cada uno de nosotros podemos hacer más. Daba la sensación como si todo fuese gratis, y no hay nada gratis en esta vida. La gente nos damos cuenta de la valúa de las cosas cuando nos faltan, o por mínimo que sea, pero cueste el dinero. Es cierto que debemos exigir a los políticos que gobiernan gestión, pero también es cierto que todos debemos cambiar un poco la mentalidad y ayudar en la medida que cada uno de nosotros pueda. Si un local se puede compartir por diversas entidades, ¿por qué debe tener cada entidad un local? Mientras el dinero sea público…no se puede manipular de manera que en realidad el provecho y el uso es de solamente unos cuantos…Así nos va.

Rafael Galván Rodríguez

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