divendres, 14 d’octubre del 2011

Tribus Urbanas “Los Esperanzados”


Manuel Sánchez >> El Esperanzado es aquel que pese a la adversidad de la vida, muere en la Esperanza de crear un mundo mejor para todos, raramente lo consigue pero nunca desfallece en su intento. Esperanzado es aquel que no entiende las guerras, sus causas y cualquier tipo de violencia, él solo espera la paz, su lucha va encaminada hacía un mundo más justo, más igualitario, más libre y donde no hayan cárceles para quienes expresen sus ideas. Esperanzado es aquel que cree justo el reparto de la riqueza en el mundo, no entiende como una parte de la humanidad pasa hambre, mientras otra parte tiene exceso de colesterol. Tampoco entiende el comportamiento humano en general y espera la llegada de un cambio global donde lleguemos a ser personas y donde reine la hermandad entre todos los hombres. Esperanzado es aquel que sigue creyendo en su Dios, y a la espera de la llegada de su reino a este otro, mientras tanto también espera por parte de la Iglesia salir a la calle y llevar a la práctica toda la doctrina de Jesucristo, aliviando estómagos vacios y corazones rotos, sembrando Fe y Esperanza en mañana y hoy.

Esperanzado es aquel que cree en una clase política que luche por el bienestar general, clase política digna, honrada y decente, la cual no se deje influir por el poder y su interés propio. Esperanzado es aquel que desea también una distribución del trabajo que llegue a todo el que lo quiera y de esta forma llevar el bienestar, la satisfacción personal y su realización como personas al ser útil a los demás. De esta forma desaparecería en parte la tristeza y desesperación del que no la encuentra. Esperanza nunca apuesta por el caballo ganador, siempre prefiere el retranco que queda último, aunque para su sorpresa algún día ganó la carrera, desde entonces apuesta por ella misma, reafirmando sus convicciones y desafiando a los que ganan siempre, y donde el bien general debe prevalecer ante el individual. Un día me contaron que en el país de los sentimientos, Esperanza despertó temprano como todo los días, siempre fue la primera en hacerlo, ese
día se despertó triste, cansada y abatida sin conocer el motivo de su estado, pese a no tener ganas salió a dar un paseo y poder tomar aire fresco. Al poco se encontró con la Envidia, le comento su estado y está le dijo: Esperanza eres así por aburrida, siempre esperando buenos acontecimientos que nunca llegan, todos se ríen de ti, yo que tú me marchaba del país de los sentimientos, ¡Aquí no pintas nada! Oído esto sintió más tristeza aún, siguió caminando y se encontró con la Mentira, Esperanza le conto lo que le dijo a la Envidia y está le contesto que lo mejor que podía hacer era marcharse y que conocía un sitio apropiado para ella, le hablo de un lugar en la frontera donde había un Bosque en el cual habitaba la Felicidad, su nombre era ese el Bosque de la Felicidad. Oído esto y sin despedirse se dirigió a este lugar. Cuando llego solo encontró un pequeño pasaje de setos se adentro en él, sin darse cuenta que el Bosque era una trampa y un laberinto sin salida. Desde ese mismo momento, los Sentimientos ya no eran los mismos, la Alegría apenas se veía, la Envidia junto a la Maldad, la Desesperación se hicieron dueñas del país reinando el caos. Todos quedaron deprimidos por la ausencia de la Esperanza. Un día el Llanto se dio cuento que le faltaba algo más, igualmente el Amor confesó lo mismo que ya no encontraba quien le quisiese y temía no encontrarlo jamás. En todo el país apenas aparecía la Confianza, ya nadie lo hacía en nadie, lo peor era saber que sin Esperanza ya para siempre todo sería igual. A esto que la Inteligencia pensó y descubrió que todo había cambiado desde la partida de Esperanza. Llegados a esto se reunieron todos los Sentimientos menos la Maldad, la Envidia, la Mentira y la Desesperación. En la reunión decidieron que alguno tendría que salir en su búsqueda, creyeron que el más apropiado era la Intuición, así que rápidamente partió en su búsqueda llegando al Bosque adentrándose entre los laberintos. Poco después la encontró casi desfallecida de dar vueltas incesantemente en busca de la salida. Ambos se alegraron muchísimo por su encuentro seguidamente después de un pequeño descanso, Intuición seguida de la Esperanza encontraron la salida.

Al llegar al país de los Sentimientos todos se alegraron de la vuelta de la Esperanza y la recibieron con una fiesta. Desde aquel día los Sentimientos y la Vida siguen siendo los mismos, desde entonces jamás permiten que se marche la Esperanza.

Ella desde entonces en recuerdo a aquel incidente del Bosque siempre viste de verde Esperanza y es la última que se pierde.

Manuel Sánchez Dorado

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