dimarts, 14 de febrer del 2012

PORQUE SOMOS DIFERENTES




Se presupone que las intenciones de las personas siempre son buenas hasta que se demuestra lo contrario con hechos o actitudes consumadas que decepcionan y hacen que uno tome sus precauciones
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Es cierto que a veces estamos y ponemos a gente en el punto de mira, observando su reacción, pero la valoración siempre debe ser puesta en común por más de una persona y cuando coinciden esas apreciaciones es cuando se pueden sacar conclusiones. Es evidente que quien más números tiene para ser observado es quien asume responsabilidades y representa a unos cuantos con ideas y proyectos estructurales, sociales o económicos compartidos y no personalizados: a esto se le llama compartir con los demás. En todo caso, se debe observar a la persona en cómo puede ayudar y aportar desde su experiencia o conocimiento para sumar y así conseguir los objetivos marcados. La constancia la marca el día a día; no solamente es hacer sino hacer ver lo que se ha hecho; no parecer trabajador sino serlo y no ser como el Guadiana, que aparece y desaparece. Hay que saber atajar las actitudes críticas constructivas y complementarias no encasilladas en el pensamiento personalista y utilizar los medios y a la gente cercana para difundir los pasos dados y los pasos a seguir, y consensuarlos entre todos con la mirada fija en el presente y en el futuro. La paciencia y la observación son virtudes a desarrollar, pero para ello hay que compartir todo lo que afecte a los demás, porque además de la virtud hay que crear confianza que si no se cultiva y riega se pierde con el tiempo. Mientras más puntos de vista pongamos en común las personas que nos hemos marcados unos objetivos, mejor. Actuar de otra manera es volver a tiempos donde el liderazgo se confundía con absolutismo, despotismo y ser autoritario. Afortunadamente esa época forma parte del pasado y está demostrado que juntos, podemos conseguirlo, porque cada uno de nosotros, esté donde esté y pensemos lo que pensemos, podemos sumar fuerzas, conocimiento y trabajo para conseguir dar prioridad a la persona ante las ideas, proyectos y actitudes que no tienen como finalidad mirar por lo esencial y primordial, la persona y su conciencia. Es cierto: creer es crear pero sin perder la vista que pertenecemos a una sociedad y un tejido social donde nos debemos implicar y sumar fuerzas cada uno de nosotros si queremos cambiar lo que no nos gusta, pero uniendo esfuerzos y no de forma individual.

Rafael Galván Rodríguez

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