dilluns, 23 de gener del 2012

CON LA VENDA EN LOS OJOS


Al principio, cuando se constituye una asociación o partido político siempre hay unos pocos que llevan la iniciativa, pero tiene una finalidad clara y objetiva, con unos proyectos e ideas elaboradas que se deben explicar y difundirlas para que cada persona valore si se hace partícipe de este partido o se identifica con él, creando así una red de comunicación que hace que esa asociación o partido crezca en número de adeptos, seguidores o militantes, porque sin ellos todo ese trabajo previo anterior, que tiene mucho mérito, sirva de algo. Una vez elaborado todo ese trabajo y gracias a todo el entorno que se ha formado para trabajar conjuntamente y se consigue representación, los dirigentes se deben a los compromisos y proyectos expuestos que han hecho que las personas confíen en él y su partido. El entorno cercano, que a su vez tiene unos círculos de seguidores, debe informar de los pasos y decisiones que se toman y no solo eso, ser partícipes en toma de decisiones y posicionamientos que deben argumentarse y exponer posteriormente. Por ello la organización interna de un partido o asociación es tan importante, sobre todo en la fluidez y transparencia de los temas a tratar, para que realmente todos seamos conocedores de la decisión y posicionamiento final que llevará a cabo el representante, que debe ser la voz de todos, cumpliendo con las normas democráticas y organizativas. De no ser así, las decisiones son personalistas y sin validez dentro del conjunto al que se representa, ya que se habla en nombre del grupo y no de la persona que lo dirige. A menudo el entorno cercano del dirigente se vicia de información y palmaditas en la espalda que, en otros círculos cercanos a la organización se transforman en quejas y críticas por falta de conocer el qué, el cómo y el cuándo. Y realmente se les debe explicaciones, ya que gracias a ellos y solamente ellos se ha conseguido estar donde se está. Se estaría cayendo en el mismo error que los demás y se dejaría de ser diferente y honesto. Hay que nutrirse de experiencias e información externa para que se tengan más puntos de vista y alternativas al ámbito cercano donde se escapan muchas cosas; el día a día genera más información que cualquier reunión a alto nivel. Eso sí, si se está para ayudar a los demás es incoherente no escuchar y razonar. Siempre es momento de reaccionar y quitarse la venda de los ojos, reconocer los errores, seguramente por la inexperiencia, y tomar el mismo rumbo que se marcó en aquellos principios de esperanza, humildad, honestidad, transparencia y progreso hacia una sociedad más justa para todos.


Rafael Galván Rodríguez

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