diumenge, 15 de gener del 2012

Europa está en venta


Tachados de "buitres" en EE.UU, los grandes fondos de inversión, 'private equity', se ven como salvadores


Andy Robinson
Madrid

En Estados Unidos, no es el mejor momento para los gestores de fondos de inversión globales, conocidos como private equity. Han sido calificados como "capitalistas buitre" por el candidato presidencial republicano, Rick Perry, en un ataque a su rival Mitt Romney, que hizo su fortuna gestionando el fondo Bain Capital, especializado en adquirir empresas en apuros y convertirlas, como sea, en fuentes de beneficios. "Nos califican como destructores de valor, que despiden a la gente para ganar dinero", dijo en una conferencia Henry Kravis, fundador billonario del fondo gigante Kohlberg Kravis Roberts (KKR) y veterano de las adquisiciones apalancadas de los años ochenta.

Pero hay un consuelo para los megafondos estadounidenses. Si hasta los conservadores en EE.UU. los califican como buitres, en Europa empiezan a ser percibidos como salvadores. Con una catastrófica sequía de crédito bancario, costes estratosféricos de financiación en un mercado de bonos corporativos ya contagiado por la crisis de deuda soberana y cero interés en emisiones de acciones tras años negros en las bolsas, sólo hay una fuente de financiación para empresas y bancos europeos: fondos multinacionales como KKR o Blackstone, con sede en Wall Street o la City.

En Atenas y Madrid, Roma y Dublín, equipos de especialistas en distressed assets (activos rebajados de precio por la crisis) pululan por las sedes de empresas al borde de la quiebra rastreando en las cenizas de la crisis en busca de valor. "El grado de perturbación es tan severo que incluso empresas potentes no pueden financiarse", dice Tomas Maraver, que gestiona el llamado fondo de special situations (situaciones especiales) de KKR. "Los bancos desinvierten, dejan de refinanciar, mientras que nosotros les podemos ofrecer financiación flexible de deuda y equity (capital)", dijo en una entrevista concedida a Dinero. KKR gestiona activos a escala mundial por una cifra astronómica de 59.000 millones de dólares. Europa ya entra en su radar y España es el país de la periferia europea que más volumen de negocio le ofrece, según Maraver, ex director de JP Morgan.

Son momentos excelentes para compradores globales de distressed assets. La capitalización bursátil de empresas no financieras y bancos se sitúa un 25% por debajo de las cumbres eufóricas de la burbuja, tras dos años de miedo escénico en la zona euro.El euro empieza a depreciarse de forma acelerada tras perder el 20% de su valor frente al dólar en tres meses. Inversores internacionales esperan hambrientos la venta de activos bancarios –principalmente créditos a empresas– que Morgan Stanley calcula que pueden ascender a tres billones de dólares .

Los inversores no sólo son fondos de Wall Street y la City. Llegan multinacionales y fondos soberanos desde China y otros países asiáticos en busca de empresas energéticas o de infraestructuras y logística, que, desde Lisboa a Atenas, están siendo subastadas a precios bastante inferiores a lo que se consideraba su valor. Tres empresas de energía europeas han sido vendidas en los últimos meses a inversores chinos, la última de ellas, una participación del 21% en la eléctrica portuguesa EDP (véase página 6), adquirida el mes pasado por la china Tres Gargantas (Three Gorges). La empresa de bienes de equipo china Shandong acaba de comprar al fabricante italiano de yates de lujo Ferretti.

Luego está la nueva oferta de empresas privatizables a precio de ganga por gobiernos con necesidad urgente de vender, desde una eléctrica portuguesa, una playa en Rodas o un parador en un palacio castellano. "Están buscando joyas en el barro y las van a encontrar en sectores como logística y transporte, alimentos y turismo", dijo Haris Stamoulis, intermediario financiero que busca inversores en activos griegos para Leadfinance en Atenas.

Pero son los gigantes de private equity los que encabezan la carga. "La crisis está creando una amplia gama de oportunidades con precios de activos muy deprimidos y los fondos de private equity han aumentado su presencia; las empresas chinas van con más cautela", dijo Thilo Hanemenn, de Rhodium Group, en Nueva York en una entrevista telefónica con Dinero.

Steve Schwarzman, el fundador multibillonario del gigantesco Blackstone, tiene una agenda apretada en el encuentro de los billonarios globales del Foro Económico Mundial en Davos a finales de este mes, según sus portavoces. Schwarzman –conocido por devorar kilos de cangrejos moros a 400 dólares la tenaza en su residencia de Palm Beach (Florida)– estará negociando sobre las jugosas oportunidades de inversión. Según el The New York Times, Schwarzman cree que Europa "vuelve a estar en el mapa" para los fondos estadounidenses. "Conforme la gente se vuelve negativa respecto al entorno, nosotros creemos que estamos comprando empresas buenas a mejores precios", dijo.

KKR –famoso por su polémico papel en la adquisición apalancada y colapso posterior de RJR Nabisco en 1989, explicado en el libro Bárbaros en la puerta– va por delante. El fondo de situación especial creado hace dos años al inicio de la crisis, cuenta con 2.000 millones de dólares para invertir en activos en apuros en España, Italia e, incluso, Grecia. "En España estamos mirando empresas de tamaño bastante grande en todos los sectores, desde materiales de construcción a alimentos o comercio al por menor", dice Maraver. Preguntado sobre si sus inversiones estarán blindadas ante la salida de Grecia del euro, Maraver respondió afirmativamente. Asimismo, el fondo de infraestructuras de KKR se vuelca en España. Dos de sus tres últimas inversiones se han producido en empresas españolas de energía renovable o infraestructuras, como la entrada en el capital de Saba Infraestructuras tras la venta de parte de la participación de La Caixa. "Somos oportunistas", dice Jesús Olmos, jefe de infraestructura europea de KKR y ex directivo de Endesa. "No son necesariamente empresas en apuros", dice, aunque admite "una enorme necesidad de capital en Europa".

Pero, aunque los fondos se perciben como salvadores en empresas asfixiadas y atemorizadas, Europa puede arrepentirse de permitir que una crisis genere tantos distressed assets para fondos como KKR y Blackstone. "Estas son operaciones forzadas, tanto en las privatizaciones como en las ventas de activos bancarios", dice Michael Burke, ex economista de Citigroup en Londres. "Si se hubiesen condicionado los rescates a los bancos a la concesión de créditos a la economía productiva, no sería necesario vender activos en apuros a precios de saldo".

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